martes, 7 de abril de 2009

EL POETA LLAMA A LA MUERTE



¡ AMADA, amada, la eterna!...
¡Oh, este sol y esta montaña,
y este bronce de mis horas,
y estas flechas de mi aljaba!...
¡Y este pensamiento sobre
el mar!...¡Y esta lejana
profecía!... ¡Esta verdad!...
¡Y esta fortaleza máxima!
- Madre: yo estoy sobre el monte
envuelto en la áurea coraza
del sol, y tengo el anhelo
de mi futuro... ¡Y el alma
es azul!... ¡ Y hay una estrella!
¡Y un signo sobre la palma
de mi mano!...



.....................................................¡Y un pretérito

corazón que afirma y clama!...

- ¡Amada, amada, la eterna!

Es la hora... ¡El sol aguarda!...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me da que ese tipo de mujer no abunda.
Menos aún en canarias.